Toledo-Madrid- Lugo- Sarria
El viaje comenzó para Diana y para mí tomando un autobús e Toledo a Madrid, luego de Madrid a Lugo y finalmente de Lugo a Sarria. Y por fín llegamos a Sarria, donde algo extasiadas no dispusimos a lo complicado de la jornada, encontrar alojamiento. Así, comenzamos a seguir a la gente sin saber muy bien a dónde ir. De pronto nos encontramos en una cola que no sabíamos para que era, más tarde nos enteramos que era para la recogida de credenciales.
Sin saber donde alojarnos y buscando algún lugar donde dormir Vero se acercó a una pareja de chicos que parecía majeta a preguntarles que si sabían donde se podía dormir, resultaron ser Raúl y Miguel, con lo que hicimos tan buenas migas que no nos separamos en todo el viaje, y que sin ellos no hubiera sido el mismo.
Sin saber donde alojarnos y buscando algún lugar donde dormir Vero se acercó a una pareja de chicos que parecía majeta a preguntarles que si sabían donde se podía dormir, resultaron ser Raúl y Miguel, con lo que hicimos tan buenas migas que no nos separamos en todo el viaje, y que sin ellos no hubiera sido el mismo.
Así pues, nuestro primer alojamiento fue un pabellón tirados en el suelo sin colchoneta ni nada, precio: 3€.
Sarria- Portomarín
Al día siguiente comenzó nuestra andadura hacia Portomarín. Era temprano, las 5 a.m, pero teníamos fuerza y mucha ilusión, y después de un desayuno copioso comenzamos la aventura. En este tramo se nos incorporó un caminante más, Piedad, mujer de unos 50 años que había ido sola a hacer el camino y nos pidió que si podía venir con nosotros, a lo que claramente accedimos.
Llegamos a medio día a Portomarín, y allí conseguimos albergue, sería el primero y el penúltimo.
Portomarín- Palas de Rei
De Portomarín a Palas de Rei la rutina fue la misma, madrugón, caminata, cada dos horas parada y sobretodo muchas risas, paponás, y chistes varios...Sin parar de decir continuamente ¡Buen camino! y ¡Cocheeeeeee! o ¡Biciiiiiiiii! para que la gente se retirara a su paso.
En Palas de Rei nos esperaba polideportivo, aunque no nos importó porque había colchonetas de sobra y pudimos coger varias para cada uno. Ese día hubo además piscinita y siesta.
Palas de Rei- Arzúa
En este tramo Piedad se quedó atrás ya que decidió partir la etapa en dos porque le resultaba ya muy pesada. Además travesamos la provincia de Lugo hacia La Coruña, la meta cada vez estaba más cerca.
A la llegada a Arzúa otro gran polideportivo nos esperaba repleto de 2000 adolescentes cristianos de toda Europa que estaban haciendo el camino. El pabellón era un caos, las duchas unos palés en un garaje con grifos comunes de donde salía un agua tremendamente helada.
Arzúa- Pedrouzo
El cansancio apretaba, necesitábamos una cama ya. Y ¡Aleluya! Antes de llegar a Pedrouzo encontramos un albergue majisimo donde decidimos quedarnos y no tentar a la suerte. Allí conocimos a una pareja, Manuel y Lola , con los que compartimos habitación y resto de viaje.
Como anécdota de este pueblo fue hacer una Queimada y volver por mitad del bosque oscuro al albergue, pasamos un porquito de miedo la verdad.
Pedrouzo- Santiago
Por fín acabamos el camino, llegada a Santiago y descanso. Allí nos esperaba Alberto que venía de Toledo con ropa limpita, champú, colonias y desodorantes para quitarnos toda la roña.
Nos quedamos dos noches más en Santiago, donde vimos la ciudad y por supuesto para celebrar, aunque con algo de tristeza , el fin de esta gran aventura.
VÍDEOS
Al llegar hicimos la promesa de hacer una voltereta en la plaza, sólo cumplieron Miguel y Raúl
Me encanta recordar este buen viajeeee
ResponderEliminarGracias :-)
La verdad es que fue para no olvidarlo...Aunque lo intentáramos no sé si se podría hacer otro Camino igual.
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