Los aventuveros de esta ruta fueron: Alberto y Verónica
Una ruta por Toledo no es ruta si no hay leyenda. Y sin quererlo, en una simple vuelta por el valle que bordea la ciudad ésta te transporta a tiempos donde los musulmanes, judíos y cristianos convivían y peleaban, se amaba y odíaban, se besaban y mataban...todo en un mismo espacio.
En nuestro camino nos encotramos monumentos y leyendas como las siguientes:
1. Cristo de la Vega (con leyenda)
2. Los baños de la Cava (con leyenda)
3. El Puente San Martín
4. El Meredenro del camino del Quijote
5. La ermita del Valle (con tradición)
6. La piedra del Rey Moro (con leyenda)
7. El cerro del Bú (con leyenda)
8. El arroyo de la Degollada (con leyenda)
9. El puente Alcántara
10. La puerta de Bisagra
11. La puerta del Cambrón(con uan pequeña curiosidad)
FICHA TÉCNICA
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Vuelta al Valle de Toledo
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Distancia 6.50 km
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Altitud mín: 451 m máx: 531m
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Dificultad fácil
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Fecha abril, 2012
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Opinión: Ruta muy sencilla pero muy recomendable por la multitud de monumentos existentes y leyendas que posee la zona.
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Mapa
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la ruta
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1. El Cristo de la Vega
Pero comencemos por el principio, nuestra ruta comenzó en el Cristo de la Vega, donde aparece la primera leyenda.
Leyenda del Cristo de la Vega |
Había
en Toledo dos amantes: Diego Martínez e Inés de Vargas. Ellos se amaban pero un día llegó la mala noticia de que Diego tenía
que partir hacia Flandes a la guerra.
Llegó la hora de la despedida y esta se produjo en la capilla
del Cristo
de la Vega bajo sus pies y en la cual los dos se juraron amor eterno y Diego prometió desposar a Inés en cuanto regresara.
Dos
años pasaron y las guerras de Flandes acabaron y un día un tropel
de hombres se acercó a la muralla de la ciudad, Inés fue corriendo hacia allí, cuando llegó el
corazón le palpito
con fuerza, al frente del pelotón iba Diego. Pero Diego al verla le hizo caso
omiso como si no la conociera
y dando espuelas al caballo se adentro en Toledo.
¿Qué
había hecho cambiar a Diego? Posiblemente fuera su ascenso de soldado a caballero del rey. El orgullo le había trasformado.
Inés
no cesaba de acudir ante Diego con ruegos
y llanto; pero el corazón del joven capitán era una piedra. En
su desesperación solo vio un camino y fue acudir al gobernador de Toledo y le
pidió justicia ante el juramento de casamiento de Diego. Pero ella porfiaba y él negaba. No había testigos
y nada podía hacer el gobernador.
Inés entonces recordó tener un testigo, el Cristo de la Vega. Cuando la joven dijo quien era ese testigo todos se quedaron paralizados por el asombro, tras un silencio aterrador los jueces
decidieron ir al Cristo a tomarle declaración. Todos
se acercaron a la ermita un notario se adelantó
hacia la imagen y demandó a Jesucristo como testigo:"¿Juráis
ser cierto que un día, a vuestras divinas plantas, juró a Inés Diego Martínez
por su mujer desposarla?"
Tras
unos momentos de expectación y tensión el Cristo bajo su mano derecha,
desclavándola del madero y poniéndola sobre los autos abrió los labios
y exclamo: "Sí Juro".
Ante
este hecho ambos jóvenes renunciaron a las vanidades de este mundo
y entraron en sendos conventos.
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La ruta sigue en dirección a la carretera, para después cruzar el puente (Puente de Azarquiel) bajo el que transcurre el río Tajo y tras cruzarlo nos dirigimos hacia la izquierda.
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2. El Baño de la Cava
Pero, no puede ser, ¡Otra leyenda! Ahora le toca al Baño de la Cava, un poema hay escrito en el muro en honor a la protagonista del relato y una estatua de hierro de su perfil, Doña Florinda.
Leyenda del Baño de la Cava |
A comienzos del siglo VIII, el rey Don Rodrigo invitó al gobernador de Toledo Don Julián y a su hija Florinda
a pasar unos días en Toledo. Según cuenta la leyenda esta joven
doncella empezó a bañarse desnuda en las riberas del rio Tajo, en una
espacio protegido por la vegetación, pero un día fue divisada por el rey
Don Rodrigo, quien no pudo contenerse a sus instintos y la sedujo en
aquel mismo lugar.
Esta noticia llegó a oídos de Don Julián, quien decidió planear la venganza, y para ello regresó a Ceuta, en donde se puso en contacto con el caudillo árabe Musa Ibn Nusayr para que armase a sus
tropas para invadir la península y derrocar al rey.
Musa aceptó el trato y
mandó a sus tropas a esas
tierras, que consiguieron su objetivo tras la batalla de Guadalete en el
año 711, en donde perdió la vida el rey Don Rodrigo. Se dice que Florinda
al enterarse de la muerte de su amante, se suicidó arrojándose a las
aguas en donde aquella vez se habían encontrado, y desde ese momento
comenzó a abonarse la leyenda de que el espectro de Florinda apenada por saberse culpable de la perdida de España, se la podía ver en ciertos lugares en noches de viento y lluvia.
Hoy en día todavía existe el lugar en donde supuestamente se encontraron Don Rodrigo y Florinda, y se le ha bautizado como <<Baño de la Cava>>.
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Y seguimos, y nos encontramos con el puente de San Marttín.
3. El Puente de San Martín
El
puente de San Martín fue construido a cargo del arzobispo don
Pedro Tenorio en el
siglo XIV,
quien dispuso la traza definitiva de cinco arcos y dos torreones
hexagonales almenados en ambos extremos (una inscripción sobre una
lápida en el torreón de salida hace referencia a esta obra). Durante el
reinado de
Carlos II de España
se reformó, ensanchándose sus accesos y, un siglo más tarde, se
pavimentó. De ambas reformas queda una inscripción en el muro interior
del torreón de entrada, con el escudo imperial flanqueado por dos reyes
sedentes.
Dejando el puente a nuestra izquierda seguimos andado bordeándo el río y contemplando unas imágenes fabulosas del casco histórico de Toledo.
4. El merendero de la Ruta del Quijote
Ya llegando al punto más alto de nuestro camino encontramos un fabuloso merendero donde los jóvenes los días de buen tiempo comen o meriendan y por las noches se reúnen a escuchar música o a tocar la guitarra.
5. La ermita de la Virgen del Valle
En nuestro
camino nos topamos con la Ermita de la Virgen del Valle, podría decirse
que dicha Virgen es la que más debotos y fieles toledanos poseen. La ermita fue
construida en el siglo XVII y su ubicación privilegiada en el mejor mirador de
Toledo se resume en unos sencillos versos sobre cerámica del famoso artesano
talaverano Ruiz de Luna: "[...] Aunque pequeña me ves soy muy grande
como ermita, pues la reina que me habita tiene Toledo a sus pies [...]"
Tradición
Tirar de la campana para conseguir
novio
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Dice la tradición que las jóvenes que
deseen casarse o conseguir novio deben tocar la campana de la ermita el día de la romería a la Virgen, el 1 de mayo.
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6. La piedra del Rey Moro
Al salir de la ermita si retrocedemos unos pasos en el camino podremos divisar la salida que se muestra en la fotografía. Pues si vamos hacia ella y tomamos el primer camino que nos encontremos podremos subir a la
Piedra del Rey Moro.
Tras subir un poco por el monte salpicado de encinas veremos unas rocas con una escalerita. Pues ahí está la piedra del rey Moro, que por supuesto, no podría faltar, posee su propia leyenda.
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Piedra del Rey Moro con Toledo de fondo |
Leyenda
De la Piedra del Rey Moro
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Corría el año 1083 y reinaba en Toledo
Yahia Alkadir. Alfonso VI cercaba la ciudad para conquistarla y para ello
arrasó campiñas y obligando a que el hambre hiciera rendirse a los
musulmanes. Yahia entonces envió mensajeros a África para pedir ayuda.
Los reyes africanos antes de mandar ayuda decidieron
enviar un mensajero para evaluar la situación, éste fue el joven guerrero
Abul-Walid. Éste al llegar a Toledo conoció a la bella hermana de Yahia,
Sobeyha, que tras el paso de los días poco a poco se fueron enamorando. Abul
aunque enamorado no había olvidado lo que le llevó allí, tendría que volver a
África para informar de lo que pasaba en Toledo.
Mientras Abul se hallaba en África
reclutando gente Alfonso VI se apoderó de la ciudad, el rey Yahia abandonó
Toledo, y su hermana murió de pena pensando en su amado. Abul al llegar a
Toledo se enteró de la trágica noticia y entonces decició vengarse
reconquistando de nuevo la ciudad, declarándose así como nuevo Rey Moro. Así
su ejército ocupó los alrededores de Toledo al otro lado de río. Por las noches
Abul se subía a la peña más alta para estudiar alguna estrategia ofensiba
posible para reconquistar Toledo.
Pero una noche, Ruiz Díaz de Vivar (El
Cid) con sus tropas atacó a los musulmanes matando a la mayoría de ellos,
incluido a su nuevo rey Abul. Por la mañana los musulmanes enterraron a su
rey en las peñas desde las que cada noche contemplaba la ciudad, concediéndole el deseo
de permanecer eternamente en ese lugar para poder contemplar la ciudad que
acogió a su amada.
Pero la historia no acaba ahí, dicen los toledanos que las noches de
luna, al mirar a las piedras desde Toledo se ve el cuerpo del Rey Moro subido
en la piedra observando la calles y torreones de Toledo por donde paseaba con
su amada.
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7. El cerro del Bú
Si bajamos de nuevo hasta la carretera, tras pasar la ermita encontraremos a nuestra izquieda un camino que baja hasta la Barca Pasaje. Si lo tomamos podremos subir fácilmente hasta el cerro del Bú. En él podemos encotrar restos de los primeros asentamientos que hubo en Toledo por parte de los visigodos en el siglo III. Posteriormente la población se trasladó al otro lado del río, donde se encuentra actualmente la ciudad.
Leyenda
¿Por qué se llama Cerro del Bú?
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Es interesante señalar de donde le viene el nombre a
este cerro, y no es de otro que del propio demonio, de Bercebú, de ahí su
nombre como diminutivo de éste. La leyenda sobre el Cerro del Bú cuenta que
antes de que llegaran los romanos a Toledo, allí vivía un pueblo primitivo y
cruel. Éstos adoraban a Baal-cebu, un dios demoniaco, que les exigía
sacrificar vírgenes cada cierto tiempo para aplacar su ira. Un sacerdote de
la tribu, que realizaba los sacrificios a este dios, se enamoró de una bella
joven a la cual debía sacrificar. El hombre, para no cumplir con su cometido
y por tanto no quitar la vida a su amada, emprendió la huida con ella. La
cólera de Bú fue tan grande que la tierra se resquebrajó y una legión
demoniaca salió en busca de la pareja. Al no conseguir encontrarlos, Belcebú
maldijo la montaña, y juró que los amantes que se besaran en ese monte acabarían
odiándose.
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Leyenda
La Piedra del Destino extraída del Cerro del
Bú
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En
el año 700 dicen que un extraño mensajero vino desde Irlanda a Toledo para
coger de la Cima del Cerro del Bú, una piedra rectangular con un peso
aproximado de unos 200 kilos llevándosela a Irlanda, y colocando la piedra en
la cima del Monte de Tara. Y sobre ella fueron investidos varios reyes
irlandeses. La tradición dice que esta piedra era usada para probar la legitimidad
de los futuros Reyes. Una vez el monarca se situaba encima de la piedra, ésta
permanecía silenciosa si el Rey era legítimo sucesor al trono, pero si por el
contrario el que ocupaba esta piedra era un impostor, la piedra producía unos
profundos ruidos en señal de desaprobación. Por tal motivo se denominó esta
piedra con el nombre de "Lia-Fial" o traducido " La Piedra del
Destino".
Hoy en día
esa piedra está colocada a los pies de un Trono donde se siguen coronando los
reyes de Reino Unido.
(Anotación:
algunos dicen que la piedra se tomó de la Cueva de Hércules (localizada
también en Toledo) no del Cerro del Bú)
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8. El arroyo de la Degollada
Desde el cerro del Bú, bajando el monte y dirigiéndonos hacia nuesta izquierda encontramos el arroyo de la Degollada.
Leyenda
El Arroyo de la Degollada
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Festejaban aún los cristianos de Toledo la entrada victoriosa de
Alfonso VI en la ciudad cuando el
joven y apuesto capitán leonés Rodrigo de Lara vio en un ajimez a una
bellísima morita que miraba embelesada. Rodrigo quedó hechizado
con sus rasgados
y negros ojos. Así, Rodrigo desde aquel día no dejó de rondar por aquella calleja con la esperanza
de ver a la mocita.
Zulema o Zahira, así se llamaba la jóven, era hija de una hacendado musulmán
que se afanaba en buscarle un rico marido. Vivía bajo su severa
autoridad y poco sabía de la alegría y bullicio de las calles. Por otro lado a su servicio había una esclava cristianizada
que le hablaba de Jesucristo y había
brotado en su mente un vivo deseo de recibir el bautismo, tomando el
nombre de la princesa de su raza que había abrazado la religión cristiana, Casilda.
La fiel sirvienta, que conocía los anhelos de su joven ama, se hizo
cómplice del caballero leonés y la reja de Zulema fue testigo de sus secretas visitas y del nacimiento de un romance.
Zulema habló a su enamorado
de sus deseos de hacer cristiana. Él le juró respetar su honra
y casarse con ella y prepararon la fuga con la ayuda de la esclava.
Esperaron la noche para huir en el corcel del caballero para llegar a
la capilla de un castillo cercano donde esperaba
un sacerdote para bautizarla y celebrar las bodas.
Cruzron el Puente de Alcántara y cabalgaron. Despuntaba ya el alba cuando salieron a
su encuentro dos jinetes musulmanes que merodeaban aquellos
parajes. Al ver a una joven musulmana montada a la grupa del caballo de un cristiano, pensaron que la
llevaba cautiva y le increparon. Entonces Rodrigó trató de escapar emprendiendo una vertiginosa carrera
perseguido por los agresores. Al llegar a la vaguada de la vertiente
cercana al arroyo (De la degollada) se precipitaron por los peñascales y al intentar
cruzarlo cayeron a tierra. Los moros los alcanzaron y en la refriega uno
de ellos dio un tajo mortal en el cuello de
Zulema.
La leyenda cuenta que el enamorado capitán al ver
malherida a su amada: sacó su lanza, mató al asesino y obligó a huir a
su compañero. Al ver que Zulema tenía aún un soplo de vida se quitó el
yelmo y la hizo cristiana con el agua del mismo arroyo, imponiéndole el
nombre de Casilda. Pocos días más tarde Rodrigo tomaba el hábito de novicio en el monasterio
de San Servando.
Los
Toledanos, celosos de sus tradiciones y de sus leyendas, no
olvidaron esta bella historia de amor y se asegura que llamaban ya,
desde tiempos inmemoriales, "Arroyo de la Degollada" al arroyuelo que
baja al río Tajo desde los altos de la Legua y de la Sisla. Y
posteriormente, al puente que se alza sobre el "Puente de la Degollada" |
Si subimos hacia el puente, Puente de la Degollada, podremos proseguir nuestro camino bordeándo el valle toledano.
Y nos encontramos con otro de los puentes que antiguamente daban acceso a la ciudad.
9. El Puente Alcántara
El
puente de Alcántara está situado a los pies del
castillo de San Servando, se tiene constancia de su construcción en la época romana, en la fundación de
Toletum.
Está fuertemente protegido con dos puertas fortificadas en sus
extremos, siendo una de ellas de
estilo barroco y otra construida en
época medieval. Este puente ha sido objeto de constantes ataques en el
periodo de la
Reconquista, y vuelto a reconstruir. Y fue declarado monumento nacional en
1921.
Seguimos andando, y tras un largo rato ¡Ahí está! La puerta de Bisagra, la más famosa de la ciudad.
10. La puerta de Bisagra y puerta de Alfonso VI
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Puerta de Bisagra |
La Puerta de Bisagra o Puerta Nueva de Bisagra es conocida con este nombre debido a que hay otra de menor tamaño cerca: La Puerta Antigua de Bisagra o Puerta de Alfonso VI. Es una puerta monumental situada en las murallas de Toledo, su nombre Bisagra viene de separar a la zona de la Sagra (zona que va desde Toledo hacia Madrid) en dos.
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Puerta de Alfonso VI |
Un poquito más abajo encontramos otra famosa puerta, la puerta del Cambrón.
11. La puerta del Cambrón
La
Puerta del Cambrón es una entrada de origen
musulmán. Su nombre deriva de las plantas espinosas,
cambroneras, que crecían en este lugar.
Su aspecto actual es resultado de la reconstrucción realizada desde 1572 a 1577 en que se rebautizó como "puerta de
Santa Leocadia" al ponerla bajo la advocación de la patrona de la ciudad, cuya imagen preside, debajo del escudo del rey
Felipe II, la portada interior.
Curiosidad. El dinosaurio de la Puerta del Cambrón |
Algún restaurador gracioso entre unas de las rocas del interior de la puerta emparedó un dinosaurio de juguete que se camufla perfectamente. ¡Intenta encontrarlo! |
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Puerta del Cambrón |
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Un poquito más adelante llegamos de nuevo a al Cristo de la Vega, habiéndo finalizado nuestra ruta llena de cultura, historia y leyenda.